LA UNIDAD DE CUERPO Y MENTE DEL TENISTA

Entre las principales prácticas que se ejecutan con los jugadores que quieren llegar a ser profesionales se encuentran el entrenamiento de la técnica y la biomecánica, el entrenamiento de la preparación física y fisiológica y el entrenamiento de la estrategia y la táctica.

Pero hay un entrenamiento que muy poco se practica y que es de suma importancia practicarlo: la parte mental. Los factores psicológicos en el tenis pueden ser conceptualizados de muchas maneras. Una de estas puede ser la fórmula de los tres tercios. El primer tercio de un éxito competitivo es el talento individual o el potencial genético, el segundo tercio tiene que ver con las habilidades y destrezas físicas adquiridas y el último tercio es el manejo y control del componente mental o psicológico de la competición.
El componente mental es demasiado complejo, indefinible y variable de individuo a individuo. Dejar el aprendizaje psicológico al azar o aprendiéndolo por ensayo y error es una seria equivocación. El aspecto psicológico del tenis es demasiado importante como fórmula de éxito para dejarlo sin guía.
En el tenis de alto rendimiento el conocimiento de la parte psicológica del entrenador deberá ser tomado con mucha seriedad, aunque tenga la intervención del psicólogo deportivo y la del preparador físico para lograr un equipo óptimo de competición.
Los entrenadores deben saber que cuerpo y mente son inseparables. El flujo sanguíneo y la actividad hormonal están influidos por nuestras percepciones y sentimientos mentales. El flujo del cuerpo, la asimilación de los minerales y el transporte del oxígeno y del dióxido de carbono se ven afectados por nuestros estados mentales. Teniendo en cuenta esto, es lógico que las condiciones mentales influyan en el rendimiento de la parte técnica y física.
El elemento básico en el ser humano es la fuerza destructiva y el éxito del mismo sobre él depende enteramente de su habilidad de canalizar este elemento de una negativa a una positiva y constructiva fuerza.
El elemento destructivo puede trabajar contra uno mismo:
1. Cuando el jugador encuentra imposible ganar porque inconscientemente está deseando perder.
2. Cuando el jugador no puede aceptar la posibilidad de derrota, por eso deliberadamente se derrota a sí mismo.
3. Cuando el jugador encuentra casi imposible dar todo lo mejor en un partido porque tiene miedo de hacerlo y si de pronto pierde, estaría tan desmoralizado que no sería capaz de seguir jugando.
4. El miedo es otra forma de destruirse uno mismo y puede causar que el juego se inhiba y llegue a empujar la pelota en vez de pegarle libremente.
5. Las excusas son otra forma de destruirse uno mismo, la mente no puede aceptar el fracaso, por eso el pretexto actúa de escape y ayuda a soportar el fracaso.
6. El síndrome del “accidente del deportista”, donde el jugador quiere ganar a toda costa, pero él sabe que va a perder. Su mente no puede concebir esto y se revela causando al deportista una enfermedad o lesión antes o durante el partido.
Un competidor ambicioso puede controlar el elemento destructivo. Él no tiene excusas por sus preliminares derrotas, él debe aceptarlo y descubrir las causas de ellas y gradualmente sus derrotas serán pocas hasta que eventualmente logre su propósito. El verdadero y exitoso deportista es aquel que llega a lo máximo de su carrera logrando vencer todos los obstáculos puestos en su camino.

EL CARÁCTER PUEDE DESARROLLARSE A TRAVÉS DE LA PROPIA DISCIPLINA
El jugador no puede cumplir su sueño o meta sin tener su propia disciplina. Todo lo que necesita es tener sus propias responsabilidades para hacer el entrenamiento regular requerido. Nunca logrará dominar a su rival hasta que no pueda dominarse a sí mismo.

CADA JUGADOR TIENE SU PERSONALIDAD, SUS PROBLEMAS Y SUS NECESIDADES
¿Qué es lo primero que se trabaja? Se tiene que entender, que el ser humano es un todo integrado de mente y cuerpo. Es imposible que el tenista esté bien mentalmente si, por ejemplo, su dieta es inadecuada y por esto no tiene energía en la cancha.
Si el mejor entrenador de tenis no conociera a los 20 mejores tenistas del mundo y los viera pelotear en un entrenamiento, no podría distinguir entre el 1° y el 20°; ya que no los diferencia su capacidad de juego sino su mentalidad en los torneos. Esta mentalidad es ayudada fisiológicamente a través de la alimentación, siendo la nutrición de un deporte de alto rendimiento esencial para su cuerpo y mente.
Comer con inteligencia aumenta el rendimiento de la capacidad física y mejora y regulariza la unidad del deportista entre el cuerpo, el cerebro y obviamente su mente. El cerebro es el órgano más activo del cuerpo, consume el 20% de la energía total. Necesita esta energía para cumplir con su tarea de aprender, reaccionar, emocionarse, sentir y recordar.
Para un jugador de tenis es importante conocer cómo es su personalidad, sus creencias, pensamientos y sensaciones. La planificación del trabajo psicológico del tenista debe empezar con el establecimiento de la comunicación y la confianza entre el jugador, el entrenador y su entorno familiar ya que deben formar un sólido equipo de trabajo.

LA IMPORTANCIA DEL AUTO-CONOCIMIENTO
Entender que el deportista es lo que cree que es. El jugador tiene que entender que, en última instancia, es usted y solamente usted el responsable por el nivel que logra. Rafael Nadal, ganador del noveno Roland Garrós en 2014 decía: “Sé quién soy, no importa lo que diga la gente. Mi inspiración viene de adentro. No viene de otro lado.” Ahí está la importancia del auto-conocimiento dejando por fuera tanto las críticas y negativismos como los halagos y admiraciones del entorno externo.

LAS EMOCIONES Y EL AUTO-CONTROL
La consistencia en el rendimiento depende de la consistencia emocional. Los estados emocionales llevan a diferentes niveles de activación fisiológica que son fácilmente medibles por las repercusiones fisiológicas, en la conducta y en el rendimiento.

LA INTENSIDAD Y LA ACTIVACIÓN
Esto se refiere al nivel de energía que el cuerpo y la mente tengan a la hora de jugar. No solo es importante el nivel de activación del organismo sino la interpretación que la persona haga de ese nivel de activación. Por ejemplo, antes de un partido al sentir algo de ansiedad y que le sube el ritmo cardíaco, un deportista puede pensar que su cuerpo se va a poner tenso, puede empezar a preocuparse y así se va poniendo cada vez más nervioso, mientras que otro puede creer que esa es la sensación que él necesita experimentar antes de la competencia porque es la señal que le da su cuerpo cuando está listo.

RELACIÓN ENTRE EL RENDIMIENTO Y LA ACTIVACIÓN
La activación es una combinación de actividad fisiológica y psicológica en un deportista. No sólo es importante la cantidad de actividad psico-fisiológica sino si es interpretada positiva o negativamente. Es un concepto hipotético que mide el grado de activación fisiológica y psicológica del cuerpo, según el cual, podemos predecir el desempeño de un sujeto tomando como principio que, al tener una activación óptima, se tiene un rendimiento óptimo y al tener una activación sobre-activado o sub-activado, se va a tener un rendimiento bajo.

EL MANEJO DE LA INTENSIDAD
La energía física y mental, o activación del jugador debe subir a un nivel óptimo, diferente para cada jugador. Este nivel de activación es conocida como intensidad de juego. Sin embargo, cuando el jugador se pasa de intensidad, o de nivel de energía, o de su nivel óptimo de intensidad, no aumenta su nivel de rendimiento, sino que este disminuye. Su excitación o activación “está pasada de revoluciones”. La activación es acelerada, y lo primero que se pierde es la concentración, después se produce la descoordinación, llegando, en última instancia, a la desesperación.
La aparición de descoordinaciones y errores técnicos se da precisamente por una insuficiente apreciación perceptiva. La organización que requiere este mecanismo perceptivo se logra a partir de una concentración aguda y de una atención selectiva. Es decir, el jugador debe dejar que su cuerpo y mente juegue “en automático”, es decir, tener la mente en blanco, “activando” el subconsciente para facilitar una experiencia de fluir en la cancha, con soltura, buena técnica y precisión.

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