Las características del tenis desde el punto de vista psicológico implica el desarrollo de grandes complejidades mentales, resaltando los siguientes aspectos:
• Hay que tomar muchas decisiones, aproximadamente entre 900 y 1000, durante un partido, y estas se deben realizar en menos de 1 segundo.
• Hay mucha inactividad ya que dos tercios del tiempo total de un partido no se está jugando al tenis, sino que el jugador está caminando, recogiendo pelotas, esperando, concentrándose, etc.
• No hay descansos prolongados, los jugadores sólo tienen 25 segundos de tiempo para prepararse entre puntos y 90 segundos para sentarse en los cambios de lado, cada dos juegos.
• El juego ha de ser continuo desde que comienza el partido hasta que se termina, no hay descansos o interrupciones programadas.
• No hay sustitutos, en el tenis el jugador no puede ser sustituido por otro compañero como en otros deportes.
• Es un juego silencioso, el jugador no puede gritar o hablar durante el juego para eliminar la tensión del partido, a no ser que quiera verse sancionado por el juez. El tenista ha de mantenerse siempre relajado tanto física como mentalmente para lograr realizar los golpes correctamente.
• El jugador tiene que estar atento siempre y concentrarse al máximo en los aspectos importantes del juego: la pelota, los movimientos del contrario, los movimientos propios, etc.
• El jugador ha de ser capaz de variar sus estilos de atención: amplio, estrecho, interno o externo, según la fase de juego de que se trate: servicio, devolución, peloteo, descanso, etc.
• No está permitido que el entrenador aconseje o coachee al jugador durante el partido. Sólo es posible en las competiciones por equipos que son muy escasas. El jugador ha de tomar las decisiones por sí sólo sin poder consultar con el entrenador. Es un ejemplo de la «soledad» del jugador en la cancha.
• No se permite que el jugador salga de la cancha cuando está lesionado, sólo se deja ir al cuarto de baño un número limitado de veces durante un partido y en compañía de un supervisor. El jugador sólo dispone de 3 minutos para recuperarse de su lesión, si no lo consigue en ese tiempo, será descalificado por el juez.
Teniendo en cuenta estas características psicológicas del tenis, debemos saber qué debemos hacer como entrenadores para lograr que nuestros alumnos estén preparados para enfrentarse a estas situaciones mentales.
Mucho se ha centrado la preparación de un entrenador en la parte técnico-táctica y física, pero hasta hace algunos años se le empezó a dar la importancia debida a la parte mental o psicológica. Tanta es la influencia de esta parte, que a través de la imagen que los jugadores tienen de ellos mismos a través del tenis, afectan otras áreas de su vida personal, familiar y cotidiana.
El aspecto mental del tenis es extremadamente importante. Varios tenistas de élite clasificados dentro de los diez primeros lugares del ranking ATP y WTA han manifestado que el nivel de competición profesional, donde los aspectos técnicos, tácticos y físicos son semejantes, el resultado final está determinado en un 95% quien tenga mayor fortaleza y resistencia mental.
Cuando se enfrentan dos jugadores con un grado de habilidad muy similares, en relación con su técnica, velocidad, fuerza, resistencia, etc., los resultados de sus partidos quedan frecuentemente determinados por factores psicológicos, tales como la concentración, la confianza, el espíritu de lucha y otros factores subjetivos y objetivos propios de cada deportista.
Las habilidades mentales se adquieren de la misma manera que las físicas y las técnicas, con tiempo, esfuerzo y dedicación. Por ello, es fundamental que el proceso de desarrollo de las facultades que determinarán la fuerza mental del jugador se inicie al mismo tiempo que se introduce al niño en un programa estructurado de aprendizaje del tenis.
La simple participación en un programa de actividades deportivas no garantiza la adquisición de las características deseadas, ya que puede tener tanto efectos positivos como negativos sobre el desarrollo psicológico del joven deportista, según sea la calidad del programa. El desarrollo psicológico positivo requiere que el entrenador planifique, elabore y aplique una serie de estrategias de entrenamiento específicas.
Para los jugadores principiantes es conveniente hacer hincapié en el desarrollo inicial de la confianza en sí mismo, la capacidad de liderazgo y el espíritu de lucha, incrementando al mismo tiempo su entrega o compromiso de dedicación al tenis.
Desde el punto de vista psicológico, el entrenador tiene dos responsabilidades primarias. Primero, deben de estar atentos a la disposición mental de los alumnos. O sea, que deben estar conscientes de cómo sus interacciones, en particular y las de sus alumnos, en general, afectan el cómo se sienten los alumnos consigo mismos como tenistas y como personas. Dos factores críticos son la auto-estima y la motivación.
La segunda responsabilidad del entrenador es la adquisición de habilidades. Esto es, al profesor debe importarle mucho en cómo su interacción influye en la calidad y cantidad de habilidades que son aprendidas por los alumnos. De aquí que es importante saber cómo aprenden los deportistas, la importancia de una información efectiva, con retroalimentación y un buen reforzamiento de las habilidades adquiridas.
El estilo interpersonal del entrenador es la base en la que todas las habilidades específicas- ya sean técnicas, tácticas, físicas o psicológicas- son construidas. Este estilo interpersonal, o imagen proyectada, involucra la manera en que un profesor se presenta para comunicarse con los tenistas, cómo habla, cómo se viste, cómo se comporta, cómo lo ven, etc., tienen un efecto profundo en los deportistas y personas con las que interactúa.
Los entrenadores deben manejar un concepto de “forma mental”, así como hay “forma física”. Requieren entrenar y desarrollar esa “forma mental”.
Los entrenadores deben estar preparados para tener alumnos con una manera de pensar diferentes, o con problemas mentales que afectan su desarrollo. Pueden tener alumnos con déficit de atención, con inmadurez afectiva, y otros aspectos que inciden en su auto-estima y rendimiento, que si los detectan, deben hablar con los padres para que ellos lo lleven con un especialista y que él los pueda asesorar en el manejo de este tipo de alumnos.
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