EL ENTRENAMIENTO INVISIBLE

En estos días de navidad y año nuevo donde se acaban los calendarios de los torneos de tenis es donde se produce el descanso más prolongado de la temporada, aunque sea por sólo unos cuantos días ya que hay que iniciar los trabajos de pretemporada para afrontar el siguiente año con una buena condición física que sea sostenido productivamente para la agenda deportiva del 2016 y que, compaginados con la preparación técnica, táctica y mental, acondicionan a los deportistas para afrontar con éxito la serie de partidos de los torneos en que se programe participar, de acuerdo a la planificación de los diferentes mesociclos, macrociclos y microciclos.

Hay un tipo de entrenamiento llamado “invisible” ya que no es visible para el entrenador y su grupo de trabajo y que tiene que ver con la disciplina, compromiso y responsabilidad del jugador de tenis o del deportista en general cuando no ejerce su actividad deportiva que son los descansos que ocurren al final de la temporada o en los diversas paradas, a través del año, debido a una lesión, a una eliminación temprana de un torneo, a una suspensión o porque simplemente se programaron la cesación de las actividades deportivas para reactivar el cuerpo y la mente o para cumplir con ciertas mini pretemporadas para lograr la curva de rendimiento adecuada.
Igualmente, cuando el deportista, en plena competencia, después de un partido o de un entreno se va para su lugar de residencia, sea su casa o el hotel donde se hospede para jugar o entrenar al día siguiente y así sucesivamente.
Involucran todas aquellas actividades “cotidianas” que realiza un deportista, fuera de los horarios de entrenamiento y competencia, en las cuales el entrenador no está presente y no las puede ver, aunque ellos ya le hayan hablado y aconsejado de la importancia de cuidarse mental y corporalmente en estos descansos.
En el entrenamiento activo, sea físico, táctico o técnico, entran en juego los músculos, los huesos y las articulaciones y está asociado a la actividad física, pero existe otra forma de entrenar y es lo que se conoce como entrenamiento pasivo o invisible, y en la que no se realiza la actividad física como tal, sino que el entrenamiento se lleva a cabo de forma pasiva a través de los hábitos diarios de un deportista.
Es decir, el entrenamiento no termina cuando acabamos de pegarle a la pelota amarilla, sino que esa actividad física es simplemente una parte del entrenamiento, y es importante el antes y el después del ejercicio físico, porque el organismo debe estar en condiciones para afrontarla y recuperarse.
Cuando se termina la actividad física el cuerpo sigue activo, entonces el organismo necesitará suficientes nutrientes para recuperarse del esfuerzo y afrontar de nuevo la actividad física. Para ello hay que poner especial cuidado en la alimentación, es primordial respetar las cinco comidas, desayuno, almuerzo, cena y meriendas matinales y vespertinas, a lo largo del día y poner especial interés en el desayuno, que le ayudará a activar el metabolismo después de toda una noche sin ingerir alimentos.
Además se debe ingerir un pequeño tentempié, merienda o refrigerio, antes de ir a dormir. Habiendo llevado a cabo todas las comidas a lo largo del día les ayudará a mantener un equilibrio hormonal perfecto para que el ejercicio físico surta efecto. En la dieta del deportista, las frutas y verduras tienen que ser una constante, seguidas de las proteínas que tienen un mayor poder reparador después del ejercicio, las grasas son vitales y los carbohidratos son básicos para mantener alta la insulina.
Otro punto igual de importante es la hidratación, para mantener las fibras musculares en perfectas condiciones se deben hidratar las células, pues gran parte de ellas están compuestas por agua que se obtienen a través de los líquidos que se ingieren, así como las sales minerales necesarias para la perfecta recuperación. Antes de la competencia no se deben ingerir bebidas diuréticas como te, café o mate y bebidas colas, que deshidratan al organismo y producen la sensación de sequedad en la boca.
Aliviar la rigidez muscular es fundamental para culminar el entrenamiento o el partido, porque cuando se realiza una actividad física, los músculos se tensan y se contraen, entonces deben relajarse con técnicas de recuperación exógenas como los masajes y las diferentes terapias de recuperación, el hidro-masaje, los baños de aguas medicinales, las elongaciones, la crio-terapia y, por último, el descanso es primordial.
Dormir en torno a las ocho horas diarias sirve para contribuir al reposo muscular y a su crecimiento, pues es durante el sueño cuando el organismo libera las hormonas encargadas del crecimiento muscular.
Para la recuperación muscular es necesario realizar estiramientos de manera sistemática, tomarse en serio el pre-calentamiento y el enfriamiento, respetar el tiempo de recuperación entre series, sesiones y entre temporadas deportivas.
El estiramiento es imprescindible para des-contracturar y relajar el tono muscular, sobre todo las elongaciones que favorezcan el retorno venoso de la sangre que ayudan a eliminar las toxinas del caudal sanguíneo.
El deportista debe ser capaz de elegir lugares y ocupaciones saludables en sus momentos de ocio, para eso la familia y su entorno, juegan un rol importantísimo, porque es el soporte esencial para el equilibrio espiritual y por tanto las relaciones humanas deben ser satisfactorias y a la vez evitar situaciones conflictivas o preocupantes, aquí entran los amigos, los compañeros, los buenos hábitos, la higiene y la responsabilidad.
En los jugadores juniors es muy importante recalcar la disciplina en torno a su vida privada ya que el deportista de élite debe tener la suficiente personalidad y carácter de evitar las tentaciones propias de la edad juvenil ya que la adolescencia es la etapa más crucial del deportista: comienza el despertar sexual, las invitaciones a salir, las novias, la rebeldía, la consolidación de su identidad, el entorno de amigos, compañeros de estudio, discotecas, diversión y en fin, están sujetos a las tales "presiones" y a ser mirado como un bicho raro por no compartir con ellos.
• Evitar el uso de elementos que puedan contaminar su cuerpo por el sudor y elementos infecciosos del ambiente externo, tales como aretes, piercings, etc.
• No fumar ni beber sustancias alcohólicas que perjudican su capacidad corporal, mental y emocional.
• Evitar el trasnocho para que el cuerpo y la mente pueda descansar y reactivarse de manera respectiva.
• Ser responsable en la actividad sexual con su pareja, principalmente antes de un partido de competencia.
• Manejar las relaciones familiares, personales y sociales de manera equilibrada y diplomática para evitar caer en inestabilidades emocionales que pueda incidir negativamente en el rendimiento deportivo.
• Ser muy aseado: cuerpo, extremidades inferiores y superiores, genitales, dientes, cabello, etc., ya que el deportista está expuesto, por su labor al aire libre, a elementos externos, tales como polvo, calor, frio, contaminación, micro-organismos, humo, etc., que, si se descuida origina enfermedades que repercuten en su productividad deportiva. Lave sus uniformes de entreno y competencia, los tenis, las medias y manténgalos organizados y limpios.
• Ser ordenado en su lugar de residencia, sea su casa u hotel, sus implementos deportivos: raquetas, bolas, encordados, etc; el uniforme de entreno y competencia, el termobag, los tenis, las medias, etc., ubicados de manera que no origine estrés el dia del partido que retarde su hora de llegada. Organícelos en la noche para que al día siguiente se revise y no haya apuros.
• Entretenga su mente en otras actividades para evitar la ansiedad y el estrés antes de un partido, cene con sus verdaderos amigos, ríase con ellos, oiga su música preferida, lea su revista o libro favorito, diviértase con los juegos electrónicos, vea televisión, vaya a cine, entreténgase con algún juego de mesa, etc. La mente se lo agradecerá.
• El verdadero descanso no es estar echado en la cama por horas sino en buscar un cambio de ambiente físico y mental, en caminar, entretenerse en juegos recreativos, trotar y estirar de manera informal y sin presión los músculos, en lugar de usar el ascensor, suba o baje por las escaleras de manera relajada, etc.
• Evite peleas o discusiones que vuelva pesado el ambiente en su vida personal, familiar o social. Si usted es mentalmente fuerte en un partido de tenis lo debe ser también por fuera de la cancha. El deporte es un estilo de vida que debe reflejarse por fuera de su actividad deportiva. El deporte crea valores que se deben plasmar en la vida cotidiana. En los jóvenes desde muy pequeños ellos aprenden a asumir responsabilidades tales como comportarse en un aeropuerto, en una terminal de buses, en un hotel, a relacionarse socialmente, etc. Con el deporte el porcentaje de estudiar becado en una universidad norteamericana o europea son muy altas.
• Sea agradecido con quienes a través de su carrera deportiva le ayudaron: padres, amigos, conocidos, entrenadores, preparadores físicos, otros profesionales, sponsors, etc. etc. Nunca mire por encima del hombro a las personas cuando tenga éxito, sea humilde de corazón pero soberbio en mentalidad positiva.
• Nunca deje de estudiar, así sea de manera virtual; como todos los deportes, nunca se tiene asegurado el éxito o el no éxito, por no llamarlo fracaso; alguna lesión, falta de patrocinadores, estancamiento, etc. Además la carrera del tenista es corta por lo que una vez termine ésta, hay que estar preparado para afrontar la vida de manera profesional en la siguiente etapa de vida.
UN DEPORTISTA PROFESIONAL O QUE TOME SU DEPORTE PROFESIONALMENTE, DEBE ACTUAR COMO TAL DURANTE LAS 24 HORAS DEL DIA

LA CONFIANZA EN UNO MISMO

El efecto que la confianza en uno mismo tiene sobre el juego de un tenista es asombroso. La falta de confianza en uno mismo puede convertir al jugador número uno del mundo en un tenista cualquiera, mientras que un pequeño aumento de ésta puede ayudar a que un deportista en declive consiga lo que nadie hubiera imaginado.
Esto tiene que ver con la alquimia: la confianza parece ser un verdadero catalizador que convierte el plomo en oro, o de repente lo transforma todo de una manera increíble.

¿Qué es la confianza en uno mismo? Dicho de una manera sencilla, se trata de un estado interior particular que nos capacita para hacer un uso máximo de nuestro potencial, o incluso para sobrepasarlo.
Estos son los tres principales mecanismos que participan en la creación de la confianza en uno mismo:

1. EL PROCESO DE ACUMULACIÓN
Se trata de una reacción en cadena que requiere sensaciones de éxito para poder funcionar. Es esta serie de éxitos, primero durante las sesiones de entrenamiento y después en los partidos, lo que permite al jugador desarrollar la confianza en sí mismo. El jugador sabe que puede contar con sus golpes y con su forma física. Sabe que puede ganar puntos, partidos y torneos. La confianza por acumulación requiere éxito y perseverancia contínua para funcionar y exige resultados que sean tangibles para desarrollarse.
Muchos tenistas profesionales han tenido baches en su carrera deportiva por problemas personales, familiares, legales, médicos, etc, pero una vez lo han solucionado han buscado con éxito recobrar la confianza perdida.
Ellos básicamente recobraron las energías extraviadas ganando partidos en torneos de categorías y rangos inferiores y así poco a poco han logrado escalar llegando a realizar excelentes torneos e incluso ganar competiciones de alta exigencia como ATP 5OO, ATP 1000 y Grand Slams. Ejemplos, Rafael Nadal, Juan Martín del Potro, Viktor Troicky, Guillermo Cañas y André Agassi, por nombrar unos cuantos tenistas reconocidos.
Estos éxitos paulatinos, empezando por jugar torneos pequeños, hicieron que las cosas les volvieran a ir bien. Posteriormente los siguientes resultados evidenciaban el aumento de la confianza en sí mismos. La acumulación de éxitos trae consigo el aumento exponencial de la confianza. Incluso, así no se gane pero se esté satisfecho con el rendimiento, es un indicativo seguro de que la confianza poco a poco se está recuperando.
2. EL PROCESO DE REVELACIÓN
Puede ocurrir tras un éxito significativo en el que la intensidad emocional alcanza un nivel tal, que proporciona una fuerte sensación de confianza. A partir de ese momento, el jugador empezará cada partido de una manera muy positiva.
Son los casos de por ejemplo las nuevas promesas y generaciones del tenis mundial como Milos Raonic, Kei Nishikori, Grigor Dimitrov y Nick Kyrgios, en donde ellos ya han ganado torneos ATP-250, ATP-500, ATP-1000 y llegando alto en los Grand Slams, fuera de obtener efectivos rendimientos y resultados exitosos sobre tenistas top-10 del ranking ATP, incrementando la confianza en ellos mismos para llegar a ser en un futuro cercano los deportistas que irán reemplazando a un Federer, Djokovic, Nadal y Murray. El gran éxito crea la gran confianza y la gran confianza crea el gran éxito.
Por otro lado, una revelación puede ocurrir también tras una experiencia negativa de gran intensidad que despierta un sentimiento de orgullo, siempre que el jugador tenga el potencial mínimo para triunfar. Vamos acudir a un ejemplo histórico de hace aproximadamente 17 años:
Había un tenista francés de nombre Nicolás Escudé, quien cuando era junior vencía de forma categórica a los grandes tenistas del momento como eran Gustavo Kuerten, Marcelo Rios y Albert Costa, pero, en el año 1997 cuando éstos tres tenistas figuraban dentro del top-10 del entonces ranking ATP él estaba ranqueado en el puesto 406 del mundo.
¿Qué pasó? ¿Se estancó? ¿Se aburrió? Nada de esto, simplemente falló su mentalidad de tener confianza en sí mismo.
Sigue la historia: A principios de 1997, Escudé participó en un Satélite en Montrouge y perdió con un tenista de nombre Oliver Malcor, quien en ese entonces estaba en el puesto 36 del ranking ATP, esa derrota fue traumática para Nicolás, estaba hecho polvo y había tocado fondo.
Después del partido, su entrenador Tarik Benabiles, quien conocía sus antecedentes de junior y de profesional y que confiaba plenamente en su talento, habló con él y luego entrenaron cuatro horas y media a fondo en la cancha, lo hizo olvidar de ese sinsabor y ya en su mente la derrota era historia.
Al año siguiente, participó en el primer Grand Slam del año 1998 realizando un increíble torneo, donde en cuartos de final le ganó al alemán Nicolás Kiefer venciéndolo en cinco sets y perdiendo en semi-finales con Marcelo Rios en tres sets. Ese AusOpen 1998 lo ganó finalmente Petr Korda.
Una comparación entre Nicolás Escudé que jugaba y perdía en el torneo Satélite de Montrouge en febrero de 1997 y el Nicolás Escudé que alcanzó la ronda semi-final de un Gran Slam Australia Open 1998, se había visto en apenas algo menos de un año. Eliminado de un torneo tan pequeño como un Satélite y llegando a semi-finales en un torneo tan grande como un Grand Slam, en tan sólo un año!!! ¿Qué ocurrió?
Al respecto, su entrenador comentaba: “Él tenía todas las de ganar. Sólo necesitaba ese “algo más” para darse cuenta de lo que era capaz de hacer”.
Técnicamente, táctica y físicamente hablando, es poco probable que su juego sufriera grandes cambios en un período de tiempo tan corto ¿Cómo se explica entonces este cambio?
La diferencia reside en otro factor: en el propio jugador. El jugador francés comenzó a ganar confianza en sí mismo. La comparación de sus malos resultados al principio de 1997, hasta su derrota en Montrouge, con los brillantes resultados de los jugadores a los que él solía vencer a los 16 años, actuó como un estímulo para su confianza. De repente, ¡¡¡Decidió creer en sí mismo!!!
3. EL PROCESO DE LA FE POSITIVA FUNDAMENTAL
Se puede describir como una confianza en sí mismo incondicional e intrínseca. Este tipo de confianza en uno mismo no requiere ninguna motivación extrema para manifestarse. El jugador tiene fe ciega en sí mismo, cualesquiera que sean los resultados. Su confianza parece ser indestructible y permanente. Tiene una fe absoluta en su potencial. El jugador utiliza esta fe positiva fundamental para triunfar. Esa fe dicta día a día sus decisiones, sus métodos de entrenamiento y su comportamiento en la cancha.
Serena Williams es sin duda la jugadora que mejor personifica esta fe positiva fundamental. Siempre estuvo firmemente convencida de que sería la jugadora Nº 1 del mundo en el ranking femenino.
Así lo dijo la primera vez que apareció en la gira de la WTA y ha seguido afirmándolo desde entonces. Pero lo más importante de todo es que continúa diciéndoselo a sí misma. Serena fundamentalmente cree en sí misma, en su talento y en su potencial.
Con sus últimas victorias en el Australia Open, Roland Garrós y Wimbledon todos en el presente 2015, está claro que esa fe está dando frutos considerables. En su caso, la confianza no proviene del éxito. De hecho, es al contrario. Y ésa es la característica que distingue su confianza de los procesos citados anteriormente. La fe positiva incrementa la confianza y ésta te lleva al éxito.
A continuación incluimos cinco maneras eficientes de ganar, desarrollar y mantener la confianza en uno mismo:
1. Convencerse uno mismo y a cada momento, especialmente cuando se tengan dudas. Por ejemplo, concentrarse en un pensamiento positivo sobre el servicio o la devolución.
Repetirse a uno mismo una y otra vez, cosas como: “mi servicio es mi punto fuerte”, “mi resto es sólido”, “mi revés es fantástico”, “soy muy consistente”, etc. Estas aserciones afirmativas tendrán una influencia positiva en los métodos de entrenamiento y en la manera de abordar los golpes durante el partido.
2. Seguir un programa exhaustivo de entrenamiento físico, técnico, táctico y sobretodo mental. Un jugador bien entrenado desarrollará una tremenda confianza en sí mismo durante el partido.
3. Memorizar experiencias de éxito. El jugador debe memorizar cada golpe que realice bien mientras entrena. Éste puede ser el primer eslabón en la cadena de la confianza. Cada punto ganado por un jugador en un partido, cada victoria, especialmente en condiciones difíciles, deben ser memorizados.
Para ello, el jugador puede utilizar estos cuatro métodos:
a. Dirigirse a sí mismo de una manera positiva tras cada jugada significativa, ¡¡vamos!!, ¡¡positivismo!!, ¡¡la próxima!!, etc. También pueden decirse las palabras en voz alta y que nazca del alma de manera espontánea.
b. Realizar rituales tras cada jugada significativa, por ejemplo, apretar el puño, levantar la mano, saltar, etc.
c. Hacer una “fotografía mental” de la jugada que se acaba de experimentar. Eso trae consigo una imagen positiva y permanente en su mente para usarla más adelante y en otros partidos.
d. Desarrollar rutinas post-partido: escribir en un cuaderno o papel todas las jugadas significativas que se acaba de experimentar en el partido para implantarlos en la memoria o visualizar y guardar en su memoria las fortalezas que tuvo para ganar un partido: movilidad de piernas, consistencia, paciencia, etc.
Cuando un jugador tenga dudas, estas palabras, rituales, imágenes mentales o una rápida ojeada al cuaderno le ayudarán a reactivar rápidamente sus sentimientos de confianza.
4. Reconocer las señales y reacciones negativas. Los siguientes indicios indican que un jugador tiene dudas:
a. Se dicen cosas negativas a uno mismo, por ejemplo, ¡¡apesto!!, ¡¡bruto!!, ¡¡esoty botando todo!!, etc.
b. Lenguaje corporal negativo: cabeza, ojos, raqueta y hombros bajos, respiración acelerada, desconcentrado, está físicamente aletargado, etc.
c. Contínuas imágenes mentales de golpes fallados, partidos perdidos, errores no forzados, etc.
Tan pronto aparezca una señal negativa, es importante darse cuenta de que se están experimentando dudas para ver las cosas con perspectiva. Entonces tiene que dejarse a un lado los pensamientos negativos volviendo a las frases y pensamientos positivos. Para ello, se necesita activar los aspectos positivos de las jugadas memorizadas y registradas en el papel.
Después de una derrota o un partido ganado jugando mal, es igual de importante crear el hábito de escribir en una cuartilla, lo más objetivamente y lo antes posible, todo lo que no haya ido bien. Luego, se debe intentar aprender de los errores para evitar repetirlos.
Escribir en el cuaderno las nuevas actitudes positivas que se necesita desarrollar en el futuro y deshacerse de la cuartilla.
Ésta es una manera excelente de aprender de los errores de una forma positiva, extinguiendo al mismo tiempo cualquier duda sobre uno mismo y evitando la depresión y la tristeza por la derrota o por el partido mal jugado. Terminar esta rutina leyendo una vez más la lista de éxitos pasados para reafirmar más aún los pensamientos positivos.
5. Fingir. Si se tuviera confianza en mí mismo, ¿cómo caminaría? ¿Cuál sería mi actitud? El truco está en reproducir la postura, cabeza alta, mirada al frente, hombros distendidos y hacia atrás, los gestos, paso firme, movimientos seguros, la amplitud y el ritmo respiratorios, así como el tono muscular que encarnan la confianza en uno mismo.
Es necesario identificarse con el personaje que se quiere ser: un tenista que cree en sí mismo. ¡Es siempre sorprendente ver lo rápido y eficaz que resulta esta técnica en un partido!
Cualquiera de los tenistas que figuren en los top-ten de la ATP o de la WTA son ejemplos claros de jugadores (as) que transmiten un aura de temor a sus rivales por la energía positiva y seguridad que transmiten hacia ellos mismos.


LA ENTRADA EN CALOR

Un buen calentamiento puede ser la base para un gran entrenamiento o un gran partido. Aunque parezca algo muy exagerado, esta afirmación es mucho más real de lo que parece.
Calentar es extremadamente importante para practicar el tenis, porque es la forma más eficaz de preparar el cuerpo para la actividad física que vamos a realizar, y por supuesto, acondicionar los músculos y así evitar lesiones, que nos impidan precisamente lo que queremos hacer: practicar el tenis.
Sin embargo, el calentamiento no es algo sólo físico. En un deporte como el tenis, equilibrar la mente al cuerpo es una ventaja, y prepararse siempre antes de jugar un partido o entrenar con un calentamiento, nos ayuda a preparar también a nuestra mente para el esfuerzo que debe realizar. Acostumbrarla para que nada lo coja de improviso.
Una vez explicada la importancia del calentamiento, vamos a apuntar los pilares de lo que consideramos un calentamiento ideal. No solo decir que hay que hacerlo, sino también cómo hay que hacerlo.

PARTES DEL CALENTAMIENTO
Un buen calentamiento se debe apoyar siempre en tres bases: el trote o carrera continua, los estiramientos y la velocidad, lo que dejarán a los músculos listos para afrontar cualquier reto físico.

CARRERA CONTINUA
El trote no es otra cosa que correr a ritmo continuo durante 8 o 10 minutos, un tiempo durante el que debemos, además de correr, realizar varios ejercicios.
En concreto, debemos realizar carreras laterales, de uno y otro lado, correr levantando las rodillas todo lo posible y llevando los talones al glúteo, ejercicios que tendremos que compaginar durante nuestra carrera y repetirlos un par de veces.
Además de estos ejercicios en carrera, debemos también pararnos y flexionar para calentar las rodillas, la cintura y las rodillas, algo que durará aproximadamente unos 2-3 minutos.

ESTIRAMIENTOS
Tras cubrir esta parte del calentamiento, debemos sumergirnos en los estiramientos. Esta fase puede durar desde un minuto hasta cinco, según la intensidad con la que la hagamos, pero lo más importante será estirar todos los músculos de las piernas y de los brazos, sin prisas, pero sin dejar de hacerlo con los cuádriceps, el hombro, los isquiotibiales, los gemelos y el cuello.

CARRERA RÁPIDA
Tras realizar los estiramientos, podemos concluir el calentamiento con un ejercicio corto, pero muy intenso: el spring de velocidad. Como nuestros músculos ya estarán un poco calientes, podremos realizar pequeños piques de velocidad de distancias cortas para probar nuestra reacción. Podemos hacer una serie de tres springs de apenas 15 segundos cada uno.

PRACTICAR CON GOLPES BÁSICOS
Una vez hayamos realizado estas tres fases de un calentamiento, podremos jugar un partido de tenis o entrenar con todas las garantías para reducir el riesgo de lesiones.
Y recordar que también es recomendable el realizar antes de empezar a entrar, tras el calentamiento, algunos golpes clásicos del tenis, como el drive y el revés, para que nuestro cuerpo se adapte a los movimientos que vendrán.
Si seguimos al pie de la letra estos consejos y los adaptamos a nuestro cuerpo y nuestras necesidades, estaremos realizando un calentamiento ideal antes de practicar tenis.


LA BIOMECÁNICA DE LA VOLEA

El tenis ha sufrido cambios significativos en su forma de juego durante los últimos 25 años. La tecnología de la raqueta ha sido responsable, al menos parcialmente, de que los grandes jugadores golpeen la pelota más fuerte y con posiciones más abiertas. Los saques se golpean a 130 millas por hora y tanto la derecha como el revés se usan como las armas principales para ganar los puntos desde casi cualquier lugar de la cancha.

Además, ahora la mayoría de los torneos en todo el mundo se juegan en superficies duras o de tierra. Las canchas de hierba se han convertido en algo cada vez más raro de ver hoy en día.
¿Dónde deja esto entonces al juego de red y especialmente a la volea? Este golpe habitualmente se juega en la red o cerca de ella, y el contacto se realiza antes de que la pelota bote en nuestro lado de la cancha.
PREPARACIÓN
Como el contacto con la pelota tiene lugar cerca de la red, obviamente se tiene menos tiempo para prepararse para este golpe que para los otros. Una preparación correcta es crucial para la volea, ya que una preparación pobre lleva a un golpe precipitado y por tanto a una mecánica imperfecta.
Los jugadores con experiencia aprenden a anticiparse o al menos a darse cuenta de las opciones del rival en una situación determinada. El reducir el número de opciones de los rivales de cinco o seis a dos o tres puede dar una respuesta mucho más rápida a la pelota que nos viene.
Se identifican cuatro claves fundamentales que ayudan a una correcta anticipación:
1. Los patrones y las tendencias del adversario, o sea el conocimiento del rival.
2. Las señales que pueden observarse en sus golpes, de acuerdo a su perfilamiento.
3. La posición en la cancha del oponente.
4. La percepción correcta del efecto y de la trayectoria de la bola.
Además de la anticipación, que normalmente llega como fruto de la lectura del partido y de la experiencia de jugar muchos partidos, los jugadores que tienen un buen tiempo de respuesta gozan de cierta ventaja en la red.
El tiempo de respuesta es importante especialmente para llegar a un passing cuando se está en la red o para un duelo de voleas en dobles.
El tiempo de respuesta es una combinación entre tiempo de reacción y tiempo de movimiento. El tiempo de reacción es el que emplea el cerebro para procesar la información sobre qué tipo de golpe se está jugando y enviar un mensaje a los músculos para que se preparen para una volea de derecha o de revés. El tiempo de movimiento es el que se emplea en moverse para colocarse en la posición y realizar una volea correcta.
Se han realizado investigaciones y prácticas de campo estudiando a tenistas de nivel avanzado descubriéndose que el tiempo promedio de reacción, desde que una máquina lanza-pelotas golpea la bola hasta el movimiento inicial de la raqueta, para la derecha y el revés era de 226 y 205 mili-segundos respectivamente. Esta diferencia era estadísticamente significante.
El tiempo promedio del golpe, desde el inicio del movimiento de la raqueta hasta el impacto con la pelota, varió desde 381 mili-segundos en los intentos de mayor velocidad hasta 803 mili-segundos, en los más lentos. Debido a que es más despacio superar la inercia desde una posición estática, se ha recomendado utilizar un “split step” para mejorar el tiempo de respuesta en la preparación para la volea.
EL JUEGO DE PIES PREPARATORIO
Hay muchos jugadores que entrenan la volea es una posición estática. Es aconsejable entrenar la volea de forma dinámica, coordinando el “split step” y centrándose en el equilibrio cuanto antes y tanto como sea posible. Los grandes jugadores realizan un “split step” antes de la mayoría de los golpes para fijar una base de apoyo y poder llegar al siguiente tiro lo más rápido y con el mejor equilibrio posible.
La mayoría de los jugadores de club deben intentar hacer el “split step” cuando el rival inicia el movimiento adelante de la raqueta aunque los grandes voleadores han aprendido a coordinar este “split step” realizándolo justo después del impacto del rival. Han aprendido a medir el “split step” porque les facilita llegar a la red lo antes posible y permite que su cerebro tenga todavía tiempo suficiente para procesar el impacto y dar la señal para moverse hacia la posición de volea.
El realizar un “split step” es probablemente el elemento más importante para las voleas o para cualquier otro golpe que se juegue en la red. Un “split step” es como la técnica de “flexión-extensión” que emplean los esquiadores para hacer un giro.
Este movimiento dura sólo el medio segundo que el cuerpo está cayendo en el aire y puede ayudarnos mucho en nuestras habilidades motrices para el tenis. Al elevar y disminuir rápidamente nuestra fuerza contra el suelo se puede lograr equilibrio y luego salir explosivamente hacia el siguiente tiro en cualquier dirección con tanta potencia y rapidez como sea posible.
Para realizar el “split step” correctamente los pies deben estar separados y en línea con los hombros, el peso sobre la punta de los pies y el tronco ligeramente inclinado adelante. Debemos asegurarnos de mantener la raqueta delante del cuerpo y separada, y luego flexionar rápidamente las rodillas para equilibrarnos y prepararnos para movernos en cualquier dirección.
Además de que el “split step” proporciona un equilibrio correcto y permite moverse en todas las direcciones, el pre-estiramiento específico de los cuádriceps y los gemelos, tanto interno como externo, y el soleo favorece el almacenamiento de energía elástica que permite movimientos explosivos tras caer de nuevo al suelo.
MECÁNICA DEL MOVIMIENTO DE LA RAQUETA
Aunque la volea puede jugarse con una empuñadura Continental o Este, los buenos jugadores utilizan normalmente la Continental tanto para las voleas de derecha como de revés. La empuñadura Este necesita cambiarse de la derecha al revés y viceversa lo que significa emplear un cierto tiempo, aunque estudios previos indican que se dispone de tiempo suficiente.
Muchas voleas fáciles se golpean con un movimiento acortado, no obstante, la raqueta se lleva más atrás del hombro, tanto en la derecha como en el revés, cuando se golpea la volea a la altura de la línea de servicio. Este tipo de movimiento atrás de la raqueta puede ser más específico en la primera volea que se realiza tras el saque pues el jugador debe intentar jugarla profunda al lado contrario. Las segundas voleas, generalmente, tendrán un movimiento atrás más corto y el objetivo es más jugar una volea angulada.
Una de las principales fuentes de potencia para la volea es la transferencia de peso y la devolución de la potencia del golpe que nos llega. Las fuerzas de reacción del suelo durante el golpe indican que cuando la pelota viene lenta los jugadores inician el movimiento lateral dejándose caer hacia el lado mientras que cuando viene rápida inician el movimiento apoyando con fuerza el pie del otro lado contra el suelo.
Esta transferencia de peso, o paso, no tiene que realizarse antes de que se haya golpeado la pelota. De hecho, si el pie toca el suelo exactamente a la vez que se golpea la pelota, la precisión del golpe puede peligrar, ya que el paso puede provocar que caiga la cabeza de la raqueta, puede asemejarse al cabezazo hacia adelante que uno da cuando el coche frena de golpe. Por lo tanto, un punto clave al entrenar es “no sincronizar” las manos y los pies cuando se impacta a la pelota.
En las voleas bajas el paso de transferencia del peso tiene lugar normalmente antes del contacto, mientras que en las voleas altas ese paso se da después del contacto. Tanto en las voleas de derecha como de revés la cabeza de la raqueta debe estar ligeramente abierta en el impacto. Sin embargo, en comparación con los movimientos atrás de la raqueta, la rotación de las extremidades superiores colocaba la raqueta más abierta en el lado del revés.
A pesar de que la cabeza de la raqueta está un poco más abierta, los jugadores deben tener cuidado en no partir la muñeca cuando voleen. Los jugadores que la “rompen” en el impacto no usan la rotación de la cabeza de la raqueta antes del impacto y que, por lo general, esa acción de romper la muñeca es una reacción al impacto y no un movimiento intencionado.
Como se dijo anteriormente, el movimiento adelante de la raqueta conlleva una transferencia de peso que se inicia en el soleo, gemelos, cuádriceps y glúteos. Normalmente las voleas de derecha y revés utilizan ligeramente la rotación de tronco, elevadores oblicuos y de la columna, aunque la volea de revés implica una menor rotación. El movimiento en la volea de derecha utiliza los músculos deltoides anterior, los pectorales, los rotadores internos del hombro, los flexores del codo, bíceps, y el serrato anterior de una manera concéntrica, acortada.
Por su parte, la volea de revés utiliza, también concéntricamente, los músculos romboides, el trapecio medio, el deltoides posterior y medio, los rotadores externos del hombro, los tríceps y el serrato anterior. Los grupos musculares antagonistas en cada golpe se contraen excéntricamente, acción de estiramiento, durante el acompañamiento.

Extraído de: Cancha de Tenis

EL CONTROL DE LA ANSIEDAD

El control de la ansiedad es uno de los aspectos con más importantes en la preparación mental del tenista, incluso por encima de la motivación. El tenis es un juego en el que la ansiedad puede aumentar o disminuir en cuestión de minutos y repetidas veces a lo largo de un mismo partido.

En dosis moderadas tanto la ansiedad como incluso el miedo, mantienen la mente y el cuerpo en alerta y dirigidas
adecuadamente pueden ser el primer paso de la automotivación.

Cuando la ansiedad es previa al partido, su resolución y manejo es aparentemente fácil, ya que, bastaría con aplicar ciertas técnicas de relajación para lograr que el jugador controle sus manifestaciones - dificultad para dormir, irregularidad en la alimentación, taquicardias, pensamientos negativos, etc. -.

En muchas ocasiones cuando esto sucede, el deportista logra resolver parcial o totalmente el problema. La cuestión es… ¿Qué sucede cuando los síntomas surgen en pleno partido de tenis?

RUTINAS PARA EL CONTROL DE LA ANSIEDAD DURANTE EL PARTIDO
Una de las situaciones que más genera ansiedad durante el juego, más aún en jugadores jóvenes, son los puntos claves o decisivos, como puede ser el cierre de un set, de un partido, un juego excesivamente largo o un partido muy estratégico.

En estos casos la principal medida que se recomienda es asegurarse de que el jugador centre su atención en su juego en esos momentos y no en hechos pasados - errores que pudo haber cometido - o lo que podría desencadenarse en el futuro.

Una situación práctica y que suele ocurrir a menudo es que durante el partido, ante una excesiva ventaja en el marcador de un juego, el deportista pueda no cerrarlo favorablemente, desmotivándose o relajándose. También puede ocurrir la misma situación pero desde el otro punto de vista, que el jugador se encuentre abajo por un amplio marcador, y no cuenta con el empuje necesario para acortar o equilibrar las cifras.

Para ambos casos, una rutina que en la práctica ha demostrado su eficacia, es el “marcador mental paralelo”, es decir, que en mente el deportista sólo tenga presente el marcador más inmediato, es decir, sólo el 1-0, o bien, 0-1 según corresponda. Lo que se busca es que el tenista permanezca mentalmente preocupado sólo por el punto que a continuación se jugará. Por ello es que él debe llevar en “su cabeza” este marcador paralelo y no la cuenta global real, ya que eso sólo podría llevarlo a generar más ansiedad o a desmotivarlo.

Otras rutinas que podrían ayudarlo en esa dirección es trabajar con la respiración. Se ha comprobado que respirar adecuadamente en momentos críticos favorece mucho el control de los síntomas de la ansiedad - alteración cardíaca, sudoración, aumento de la presión sanguínea, rigidez o tensión muscular, calambres entre otros… -. El jugador debería tratar de sincronizar su respiración, o bien “sacar” la respiración, es decir, botar el aire, cuando se golpea la bola.

Finalmente otro ejercicio mental que puede favorecer el control de la ansiedad durante el juego es llevar a cabo micro visualizaciones. Una visualización consiste en imaginar, sentir o percibir una situación, que no está presente, como si en realidad lo estuviera.
En el caso del tenis, una visualización puede llevarse a cabo, por ejemplo, cuando el jugador se prepara para servir. Ahí puede imaginar, en fracciones de segundos, el tipo de servicio que va a ejecutar. Con ello no sólo estará preparando a su organismo para la acción, sino que además su mente estará absolutamente centrada en la acción presente y así evitará distracciones en este momento.
Por ello el desarrollo de estas pequeñas visualizaciones durante un partido puede ayudar al deportista a centrarse en el gesto técnico, y no tanto en el resultado, que normalmente también son elementos que generan ansiedad.

EL TENISTA PSICOLÓGICAMENTE GANADOR

Algunos jugadores que no tienen mucha habilidad atlética o coordinación motriz a menudo derrotan a jugadores con mejores golpes y mayor capacidad física. La respuesta cae en su actitud mental.

Algunos jugadores le tienen mucho miedo a la pelota. Uno los oye decir: "pégale a la pelota", “golpea hacia arriba”, “pasa la bola” o "mire la pelota". Estas frases son excusas del problema. El miedo de golpear la pelota cuando la oportunidad se presenta está basado en el miedo de perder o errar el golpe.

La seguridad proviene de realizar movimientos sueltos, relajados y coordinados, de moverse adecuadamente y de golpear sólidamente y esto es lo esencial para ganar en el tenis. Cuando el miedo ha sido superado, entonces, la calidad y solidez del golpe automáticamente mejorará.
Una manera de ganar confianza y de golpear la pelota sin miedo es pensar solamente en la pelota, no en el rival ni en el score. La pelota es un objeto totalmente impersonal y no lo conoce a uno.
Golpear la pelota de lleno, en las diferentes modalidades: en el centro de la raqueta, por afuera para conseguir mejor ángulo, por la parte de abajo para impartirle backspin y que la pelota no se levante o por la parte frontal de la pelota de abajo hacia arriba para imprimir topspin para que la pelota se levante con el efecto suministrado al momento de impactar la cancha. Hay que golpear la pelota en una parte específica de la cancha para molestar a su rival siempre buscando profundidad, ángulos o efectos para atacar, defender y mover al oponente.
Una vez que la pelota pase sobre la red, el problema cambia hacia su rival. Él ahora tiene que hacer un buen tiro y evitar el error. En pocas palabras, cada vez que uno se concentra en la pelota, uno deja al rival preocupado porque siempre la pelota tiene que volver.
Otro aspecto psicológico para tener éxito en la cancha es el temperamento y la correcta actitud mental. No pierda la concentración cuando piensa que hubo un tiro o golpe equivocado. Tampoco cuando su rival tiene algunos tiros de suerte, o golpea en la red y hace un tanto ganador. Si Ud. no puede controlar sus emociones, va a perder. Acuérdese que los golpes de suerte normalmente son para ambos lados y por partes iguales. Espere y también tendrá algunos de esos tiros.
Si el rival comienza con cosas raras y usted está a punto de estallar, tome una pausa, respire profundo y pare de pensar en el rival, enfoque toda la atención en la pelota. Trate de llegar a ser impersonal, juegue la pelota, no al adversario. Golpee la pelota y todo lo demás saldrá bien. No deje que el viento, sol o sombras le molesten. Uno cambia de lado cada game impar. Su oponente tendrá lo mismo que le toca a usted. Deje que el rival se preocupe por eso.
Ponga toda la energía en la concentración, determinación y deseos. Se supone que uno debe encontrar diversión y placer jugando. Comience siempre con un plan de acción, estrategia o táctica: en cuestión de segundos uno se da cuenta si el revés es débil, si le cuesta las bolas profundas y pesadas, si tiene un mal estado físico, si le cuesta contestar bolas cortas, etc, etc, etc. Por ejemplo, si sabe que el rival le gusta atacar la red, su plan de acción deberá ser jugar profundo y golpear la pelota con un buen margen de seguridad en pasar la red, ser consistente para desesperarlo y evitar que haga lo que sabe hacer, es decir, sacarlo de su zona de confort.
Durante el juego no hay tiempo de pensar en todos los componentes de cada golpe, es decir, la biomecánica de los movimientos de cada uno de los golpes se entrenan mediante repeticiones los cuáles son memorizados por el subconsciente; si en un partido piensa en los movimientos que debe hacer para golpear una bola, pierde milésimas de segundos en eso y ya la bola está encima y por lo tanto origina un golpe defectuoso. Usted ya está mecanizado, deje jugar al subconsciente para realizar golpes coordinados, sólidos y eficaces y se dará cuenta de los grandes resultados, siempre y cuando esté debidamente concentrado y focalizado en golpear bien la bola con buenos movimientos de piernas.
La mente y el cuerpo deben estar debidamente sincronizados y eso se logra con una buena atención y concentración en pegarle adecuadamente a la bola.
Otro problema psicológico es el complejo de fallar los puntos de cierre, sean de un game, de un set o de un partido. En la mayoría de los casos, los rivales son parejos y cada uno tiene suficiente habilidad para ganar.
¿Por qué a un jugador le cuesta cerrar, casi está por ganar, pero no gana?
Esto envuelve la habilidad de pensar claramente cuando el jugador está bajo presión. Es la capacidad de hacer que la energía trabaje a favor de uno y no en contra de uno. Sobre todo, la confianza de jugar agresivamente sin preocuparle lo que el rival hace, es de suma importancia, no pensar que el rival le va a regalar el partido. Cuando comienza la tensión, tranquilícese.
No hay razón para sucumbir a los nervios. Con un buen pensamiento positivo y control de la situación, los nervios pueden ser superados o se puede lograr que trabajen positivamente para uno. En una situación tensa, no se apresure con los tiros. Resista la tentación de apurar el juego, hasta no haber superado la tensión. Cada deportista tiene sus propias rutinas mentales físicas, emocionales, respiratorias, de movimientos, tics, etc para eliminar dichas tensiones, ponlas en práctica en momentos de alta presión.
Muchas veces se presenta la fatiga, las piernas y el cuerpo están cansados y los hombros se endurecen. La tendencia natural es de realizar un mayor esfuerzo en pegarle a la pelota. Esto lleva a la pérdida del ritmo del conjunto del cuerpo para golpear la bola con los movimientos de los miembros inferiores y superiores debidamente coordinados, es decir, errar cada pelota que nos toca ejecutar.
El secreto cuando uno está cansado, es golpear la pelota de manera relajada, con menos fuerza y jugar sin descontrolarse. Más soltura y relajación, menos fuerza y más control. El tenis ganador es una combinación de una condición física y mental. Si uno pierde el control de la parte mental, toda la habilidad física, técnica e incluso táctica no serán suficientes para ser un ganador.
La mayoría de jugadores se ponen nerviosos cuando están por delante en el marcador, en vez de por detrás. Cuando se les pregunta a los jugadores, desde principiantes hasta campeones de élite, cuándo se ponen más nerviosos, la mayoría contestan que es cuando están por delante en el marcador y ante un jugador peligroso y a las puertas de la victoria. A primera vista, esto parece ilógico.
Por lógica, deberían estar más nerviosos cuando están por detrás en el marcador, ya que la mayoría de los tenistas tienen miedo a perder. Deberían estar más preocupados de vacilar ante un match-point en contra, ya que si se duda significa perder inmediatamente, que cuando lo tienen a favor, ya que lo peor que podría ocurrir es que se igualara el juego.
Entonces, ¿qué es lo que los pone tan nerviosos y estresados cuando están por delante en el score? ¿Es esto el miedo a ganar?
Una teoría que se repite una y otra vez, es que estos deportistas tienen miedo a ganar porque eso se parece mucho a arrebatar la victoria de las fauces de la derrota. Estos teóricos lanzan complejas explicaciones psicológicas como: “estos jugadores, en lo más profundo, no sienten que merecen ganar, por lo que subconscientemente hacen que ellos mismos pierdan”.
No es lógica la idea de que los jugadores tengan miedo a ganar, es un concepto difícil de digerir. A nivel competitivo no se cree que exista un tenista con miedo a ganar. Por el contrario, sí hay muchos ejemplos de tenistas que tienen miedo a perder, de hecho, casi todos.
Para la gran cantidad de tenistas, perder es la única cosa a la que se le tiene miedo. Muchos tienen su porción de errores por los nervios cuando están a las puertas de la victoria, aunque puede haber parecido, que esas equivocaciones se originaran por otra causa. La sensación, en esos momentos de cierre es de conservadurismo. Aquellos deportistas tenían a su oponente por detrás, la línea de meta estaba a la vista y no querían que su adversario se acercara. Tenían la victoria en la mano y querían cerrarla sin riesgo de que se les escapara. Habiendo alcanzado el “momento de la verdad”, estaban temerosos de que si dejaba escapar esa oportunidad, podría no tener otra. Sentían la urgencia de ganar ahora, pero también sentían el riesgo de que pudiera no hacerlo.
Ganar es un examen personal. Puede ser que el nerviosismo venga de la diferencia entre estar a las puertas de la victoria y apuntarse la victoria realmente. Alcanzar esas puertas de la victoria es psicológicamente más fácil que lograrla realmente, y todos los tenistas tienen sus inseguridades, como pensar si pueden conseguirla.
Cuando están por delante de rivales duros, todos saben que hasta que no se haya ganado el último punto pueden, en cualquier momento, remontar y ganar el game, set o el partido.
La inmensa mayoría de los jugadores tienen dudas, como la de si tienen lo que hace falta para lograr cerrar un partido sumamente apretado y seguir empujando hasta la victoria. Hasta que se han puesto por delante en el marcador, el juego es, obviamente, el adecuado, pero hasta que la victoria esté realmente en su mano, deben cuestionar sus intangibles.
¿Tienen las destreza de un ganador?, ¿podrían, posiblemente, haber perdido el escurridizo factor “ello” que los ganadores poseen?
Hay un poco de factor de examen implicado en todo ello, particularmente en las más grandes situaciones, y no se sabrá si lo aprobarán hasta que realmente termine, siendo esta incertidumbre espeluznante y estresante.
Miremos el caso patético que le pasó a Wawrinka frente a Federer en el Master de Londres de 2014 donde, en el tercer set, tenía tres matchs points para ganar el partido y no lo logró ya que sintió fuertemente la presión: se le notaba la ansiedad de ganar, tenía alta sudoración, respiración agitada, estaba acelerado en sus movimientos y atacaba bolas relativamente fáciles de responder por parte del rival, hasta que al final perdió el partido.
Igual el caso de Federer, él sabe que el rival estaba bajo inmensa presión y le jugó consistentemente, corrió bolas difíciles, atacó y defendió bien hasta desesperar al oponente que bajo esa tensión erró bolas relativamente fáciles.
Si eso ocurre a este nivel de profesionales del tenis de élite, imagínese a nivel de juniors y amateurs, por eso es muy importante que desde niños se trabajen estos aspectos mentales y psicológicos de manejar las presiones.
Cuando se está por detrás en el marcador, no hay que olvidar que el oponente podría tener dificultades para cerrar bien el partido. Por otra parte, la dificultad para terminar también tiene un lado positivo. Cuando los oponentes están por delante también afrontan esas dificultades, y entender esto puede ayudar a comenzar una remontada. Cuando estás por detrás y propenso al desánimo recuérdate a ti mismo que tu adversario podría bien relajarse o bien tensarse y presionarse. Así que deberías aumentar tu resolución, ánimo y actitud para ayudarles a que así suceda.
La regla estratégica aquí es que cuando tus oponentes estén un punto por encima, deberías hacer todos los esfuerzos para jugar un punto duro. Evita ponérselo fácil con tiros ganadores de bajo porcentaje de éxito y puntos perdidos rápidamente. Por supuesto, si se presenta una oportunidad de alto porcentaje para jugar un tiro ganador, no lo dudes y tómala.
Recuerda que tus rivales están sintiendo la presión y están rezando por un error rápido, igual que lo harías tú si la situación fuese la contraria, así que trata en lo posible de no cometer errores no forzados. Sus nervios podrían estar tan al límite como para impedirles aguantar un punto largo o hacer un tiro pasante.
Aprovéchate forzándoles a que saquen su mejor juego para vencerte. Como corolario, las principales reglas, entre otras, son:
• Cuando el contrario está sirviendo un punto por encima, nunca falles el resto. En la medida en que sea posible te ayudará mucho.
• Cuando estés sirviendo un punto por debajo, mete tu primer servicio.
• Recordar las dificultades mentales que el oponente podría tener para cerrar, no sólo puede aislarte del desánimo de ir por detrás, sino que también puede dirigir tu estrategia para volver a meterte en el partido.
Aprende a ser un jugador mental y mantén tu mente clara en cada uno de los tiros.
El credo de un jugador exitoso es:
“SI TENGO QUE HACER CIERTO GOLPE ABRO MI MENTE AL PENSAMIENTO DE GANARLO. NO VOY A GANARLO SI EN UN MOMENTO PIENSO EN PERDERLO”


Extraído de

LA CONCENTRACIÓN ES LA VICTORIA DEL INCONSCIENTE SOBRE EL CONSCIENTE

La concentración simplemente es la eliminación del consciente - yo externo autocrítico, teórico, racional y ordenador - y la adopción del inconsciente - yo interno, natural, innato, práctico y nacido de sí mismo sin dejar a un lado los principios que la siguen aprendidos en los entrenamientos -.

Mostrar las ventajas de abandonar el juicio sobre uno mismo, el exceso de pensamiento y los intentos por esforzarse en demasía - todas formas de auto-control -, incluso si uno está totalmente convencido de la utilidad de acallar al consciente, no nos asegura que el tránsito por el “proceso de aprendizaje natural” resulte algo fácil de conseguir.

Luchar contra la mente es algo que no funciona: lo que funciona es aprender a concentrarla. Incluso, cuando uno ha experimentado los beneficios prácticos de una mente en calma, sigue encontrando que se trata de un estado esquivo. Sigue habiendo un impulso recurrente por pensar en la manera en que ejecutamos los golpes, convertirlo todo en una fórmula y, por consiguiente, llevar las cosas al terreno del consciente, un terreno en donde éste pueda sentirse con control.

Reconocemos en este impulso el persistente deseo del consciente por llevarse el mérito y por ser algo que en realidad no es. Este impulso genera un flujo interminable de pensamientos que distorsionan la percepción y la reacción.

El problema de abandonar el consciente y sus interferencias no es nada fácil de resolver. En última instancia, resultaría bastante difícil lograr que la mente pueda ser controlada por el mero hecho de dejarse ir, es decir, por un proceso más bien pasivo. Para acallar la mente uno tiene que aprender a colocarla en algún sitio. Uno no puede simplemente abandonarla; tiene que concentrarla en algo.

En la medida en que uno alcanza la concentración, la mente se acalla. Al mantener la mente en el presente, ésta se calma. La concentración quiere decir mantener la mente “en el aquí y en el ahora”. Al aprender a concentrar la atención mientras jugamos al tenis, desarrollamos una habilidad que puede mejorar nuestro rendimiento en cualquier otro aspecto de la vida.

En el tenis, el objeto más conveniente y práctico 
para la concentración es la pelota en sí. La mente concentrada sólo capta aquellos aspectos de la situación que son necesarios para llevar a cabo la tarea que tiene entre manos. Esta mente no se distrae con otros pensamientos o hechos externos, está totalmente absorta en lo que importa “aquí y ahora”.

OBSERVANDO LA PELOTA
Observar la pelota quiere decir centrar nuestra atención en ella. La forma más efectiva de aumentar la concentración mediante la vista consiste en concentrarse en algo sutil, en algo que no se puede percibir fácilmente. Observar las líneas curvas de la pelota produce interesantes resultados. Al poco tiempo, el jugador descubre que está viendo la pelota con mucha más claridad que cuando sólo la miraba. Hay que observar la pelota desde el momento en que sale de la raqueta de nuestro oponente hasta que llega a la nuestra.
Como consecuencias naturales de la verdadera concentración, algunas veces la pelota comienza a parecer más grande de lo que es o que se está moviendo más lentamente. En la medida en que la mente se preocupa por las líneas curvas de la pelota, deja de interferir en los movimientos naturales del cuerpo.
Las líneas curvas de la bola están siempre “en el aquí y en el ahora”, y si la mente está concentrada en ellas, se evita que viaje hacia el pasado o hacia el futuro. La mayoría de los jugadores, después de un tiempo, suelen notar que sus mentes vuelven a vagabundear, pues a la mente le es muy difícil concentrarse en un solo objeto durante un largo período de tiempo.
La cuestión es mantener la concentración durante largos períodos de tiempo. La mejor forma consiste en interesarse por la pelota. Para ello, resulta preciso no pensar que ya lo sabemos todo sobre ella.
Una cosa que no sabemos acerca de la pelota es dónde exactamente va a picar y cuándo va a hacer contacto con nuestra raqueta o con la de nuestro oponente.

PIQUE - GOLPE
El ejercicio llamado “pique-golpe” - gritamos con fuerza la palabra “pique” en el instante mismo en que vemos la pelota picar sobre la cancha; y gritamos “golpe” en el instante en que la pelota hace contacto con la raqueta, sea de quien sea esa raqueta -, nos proporciona una mejor información sobre la pelota y, al mismo tiempo, nos ayuda a evitar las distracciones.
El hecho de escuchar el ritmo y la cadencia del pique y del golpe ayuda a mantener la concentración durante períodos más largos de tiempo. De esta manera, podemos “jugar sin pensar sobre lo que hacemos”, ya que el consciente estará muy ocupado siguiendo la pista a los piques y a los golpes.
Una de las formas más fáciles de mantener el interés en la pelota consiste en no verla como un objeto inmóvil, sino como un objeto en movimiento.
Durante un punto, debemos concentrarnos en las trayectorias específicas de cada pelota, tanto en las nuestras como en las de nuestro contrincante. Gradualmente, lográremos hacernos más conscientes del ritmo de los golpes alternados en cada punto, y podremos aumentar nuestro sentido de la anticipación. Es este ritmo el que mantiene interesada a la mente y le permite concentrarse durante más tiempo sin distraerse.
La concentración no se logra observando fijamente una cosa. La concentración no es algo que se pueda forzar; tampoco es algo que tenga que ver con pensar mucho acerca de una cosa. La concentración natural surge cuando la mente está interesada. Cuando esto sucede, la mente se ve irresistiblemente atraída hacia ese objeto - o ese sujeto -. Se trata de algo que sucede de forma relajada y sin esfuerzo, sin tensión ni necesidad de control. Dejemos que la pelota atraiga nuestra atención; así nuestra mente y nuestros músculos estarán adecuadamente relajados.

ESCUCHANDO EL SONIDO DE LA PELOTA
Cuando la pelota se estrella contra la raqueta, produce un sonido inconfundible, cuyas características varían considerablemente, dependiendo del punto de impacto, del ángulo de la cara de la raqueta, de la distribución de nuestro peso y del lugar en el que hemos interceptado la pelota. Si escuchamos atentamente los sonidos producidos por una serie de pelotas, pronto seremos capaces de distinguir distintos tipos y matices de sonido.
Recordar ciertos sonidos puede resultar efectivo para activar al computador integrado en nuestra mente. Al escuchar los distintos sonidos, podemos almacenar en nuestra memoria el sonido que produjo un buen golpe; y así, el cuerpo tenderá a repetir los elementos que produjeron ese sonido.
Para algunos jugadores, el sonido de la pelota es más absorbente que la observación de las líneas curvas porque es algo que nunca han hecho antes. El mejor momento para usar la técnica de escuchar el sonido de la pelota es durante las prácticas. Este hábito nos permitirá aumentar el número de golpes bien ejecutados.

SENSACIÓN
Hay dos cosas que todo jugador debe saber en cada golpe: dónde está la pelota y dónde está la raqueta. Si perdemos el contacto con cualquiera de estos dos elementos, tendremos problemas.
El momento crítico en el que hay que saber la posición de la raqueta es cuando está detrás de nosotros, y esto requiere que uno se concentre en las sensaciones. Por consiguiente, para mejorar la precisión y la consistencia tenemos que desarrollar nuestra sensibilidad.
La manera más fácil de ejercitar la sensibilidad consiste en concentrar la atención en el cuerpo durante las prácticas. Prestándole relativamente poca atención a la pelota, podemos concentrarnos en cómo nos sentimos al ejecutar los golpes de la forma en que lo hacemos.
También es útil ser más consciente del ritmo. Cada jugador tiene un ritmo natural propio. El ritmo nunca puede lograrse sólo con fuerza de voluntad; tenemos que dejar que ocurra por sí solo. Al igual que es útil tomar conciencia del sonido de la pelota, también lo es concentrarse en las sensaciones que produce la pelota en el momento del impacto.
En resumen, tomemos conciencia de nuestro cuerpo. Olvidemos los “debería” y experimentemos aquello que ES. Al ampliar el conocimiento sensorial de nuestro cuerpo, aceleraremos enormemente el desarrollo de nuestras habilidades.
En el tenis no hay más que uno o dos elementos de los que debemos tener una conciencia visual, pero hay muchas cosas qué sentir hasta el momento; los sentidos del gusto y del olfato no son cruciales para jugar bien al tenis.

Extraído de